¡Ni toda conexión cónica es cono morse!
Autor: Prof. Rodrigo Reis
Introducción
Entre los diferentes tipos de conexiones protésicas en la implantología oral, las conexiones dichas “Cono Morse” ganaron popularidad debido a sus ventajas biológicas y mecánicas. Sin embargo, analizando la conicidad, la profundidad y el mecanismo de trabado de los distintos sistemas de conexiones cónicas, comparados a los conceptos y definiciones de “efecto Morse” de trabado mecánico, podemos observar que pocos sistemas cónicos son verdaderamente del tipo Cono Morse, aunque sean comercializados como si lo fueran. Esa breve revista de la literatura tiene por objetivo hacer una breve discusión sobre las peculiaridades de los diferentes tipos de conexiones cónicas.
Conexiones Cónicas
A meados de la década de 1980, anhelando una mayor estabilidad mecánica de los componentes protésicos, fueron lanzados en el mercado implantes de conexiones cónicas con un atrito interno entre las paredes del implante y del componente, generando un trabado. Los primeros sistemas de esa naturaleza fueron Bicon, en 1985, y Ankylos, lanzado en 1987. Ese fue el inicio de los llamados sistemas Cono Morse. Desde entonces fueron creadas varias versiones de ese tipo de conexión cónica interna con diferentes ángulos de conicidad, largo de profundidad de la conexión y la presencia o no de un tornillo para guiar el trabado friccional entre las paredes del componente y del implante. En algunos sistemas, debido a la presencia de ángulos internos incongruentes o excesivamente expulsivos, el tornillo está asociado a un índex interno (hexágono u octógono) que promueve la retención del componente protésico, no habiendo ningún auto trabado y limitada fricción de la porción cónica de la conexión. De modo equivocado y para atender a una cuestión mercadológica, esos sistemas han sido todos comercializados alegando tener la característica de un Cono Morse (auto trabado).
Conexiones Cónicas con “Efecto Morse”
La angulación interna de la pared del Cono Morse propiamente dicho debe ser de 1,5° en cada pared, totalizando una conicidad de 3°. De esa forma, conexiones con esas características poseerían auto trabado por puro atrito, sin la necesidad de un tornillo para generar torque y atrito, o aun de un índex interno hexagonal u octogonal como mecanismo de trabado. Ejemplos de ese tipo de conexión protésica, que en la implantología reproduce más fielmente lo que en la ingeniería sería el Cono Morse original, serían los implantes Bicon y, más recientemente, en 2016, el Sistema Arcsys, de FGM. En esos sistemas, el componente protésico obtiene su estabilidad a través de suaves golpes en la “cabeza” del componente protésico con un instrumento de inserción de pilares en el sentido de la dirección del largo eje al cual el implante fue instalado. Con versatilidad, el Sistema Arcsys ofrece de modo pionero la posibilidad de personalizar la angulación del componente protésico mediante necesidad clínica a través de un dispositivo específico del sistema. Para generar un alto coeficiente de atrito, la conexión de Arcsys presenta, además de una baja angulación (3°), una profundidad 3,5mm mayor que su diámetro de 2,5mm. Tal hecho confiere, desde el punto de vista mecánico, un sistema autorretentivo, cuyas fuerzas compresivas en el largo eje del conjunto implante-componente protésico favorecen, con el pasar del tiempo, la retención y mayor estabilidad frente a las fuerzas oblicuas. El éxito de ese tipo de conexión, tanto de fijación como de sellado hermético, ya ha sido descripto en estudios clínicos con los implantes con ese tipo de conexión1,2. La posibilidad de reversibilidad de ese tipo de conexión se da por medio de fuerzas de cizallado atractivas con el auxilio de un instrumento tipo porta-aguja o similar3.
Sistemas Cono-Tornillo
Esos sistemas son actualmente comercializados por varias empresas con características muy distintas entre sí en términos de profundidad del cono y angulación de las paredes. El torque necesario para la fijación de los componentes protésicos puede variar de 15Ncm a 40Ncm. Eso muestra un diseño mecánico bien distinto entre los diversos sistemas de esa categoría, lo que puede influenciar el comportamiento mecánico durante la función.
Algunos sistemas pueden incluso ser llamados de híbridos, pues comprenden una porción cónica inicial bien corta (en algunos sistemas, 0,8mm) y angulación expulsiva (por ejemplo, 30°) y en el límite apical de la corta conexión cónica del sistema un mecanismo de retención interna como un octógono o un hexágono interno. Sistemas con esas características no poseen comportamiento mecánico, en el cual un cono interno es responsable por el trabado del componente protésico. La porción cónica no tendría función mecánica alguna, a no ser de vedado faz a la corta altura y excesiva expulsividad del encaje la proyección cónica. Durante fuerzas masticatorias, por el hecho de que el dispositivo de trabado sea un índex hexagonal u octogonal, propiciando superficies paralelas entre el macho del componente y la hembra del implante, existen microespacios entre ellos y, con eso, los mismos micromovimientos de las conexiones HE e HI pueden ocurrir, rompiendo la veda del tímido cono de esa conexión4. Dependiendo de la precisión del mecanizado y consecuente adaptación entre pilar e implante, ese micromovimiento puede llevar a una sobrecarga del tornillo de retención, pudiendo generar complicaciones, como relajamiento y roturas de éste, además de la formación de un gap viable para absorción, bombeo líquido y proliferación bacteriana4.
En esa misma categoría cono tornillo, existen sistemas con angulación del cono en el rango de 11,4°. Algunos componentes protésicos pueden ser macizos, con tornillo integrado, que guía el giro del componente protésico en el sentido apical hasta generar el atrito entre las paredes y el trabado3. Ya en otros componentes, existen tornillos pasantes que, al ser apretados, traccionan el componente en el sentido apical sin giro y, con ello, un potencial de menor fricción entre las partes3. Para algunos profesionales acostumbrados a los sistemas HE e HI, la ausencia de un índex antirrotacional interno constituye una desventaja cuando se hacen los moldeos transfiriendo la posición del implante, pues eso dificultaría el posicionamiento en el componente protésico en boca en la misma posición del modelo, necesitando la confección de un jig posicionador de acrílico. Más recientemente, algunos de esos sistemas desarrollaron un índex interno para el uso en conjunto con pilares de tornillos pasantes, con el objetivo de facilitar el posicionamiento del componente en boca en la misma posición del modelo y, con ello, atender a una demanda mercadológica. Pero, para lograr eso, se redujo la altura del cono, por ejemplo, en 20% (de 2,5 para 2,0mm), reduciendo el área de potencial friccional de retención o de trabado cónico.
Discusión
A pesar de los diferentes diseños de configuración de las conexiones cónicas (angulación y altura del cono, presencia de un índex interno para retención y posicionamiento o solamente posicionamiento del pilar protésico), los sistemas de conexiones cónicas, de un modo general, presentan características interesantes, como plataforma switching, posibilidad de posicionamiento infraóseo del implante y posibles ventajas biológicas sobre los implantes de conexión protésica tradicional2,5. No obstante, el fenómeno de la saucerización puede, en algunos casos, ocurrir, estando relacionado a otros factores que no la conexión protésica, como: calentamiento óseo durante fresado, presencia de lámina ósea fina, tipos de injerto y membranas, tipo de retazo y abordaje en la reapertura, además de la presencia del exceso de cemento inadvertidamente dejado en las prótesis cementadas (muchas veces la línea de cementación queda en áreas profundas). Es decir, en esos sistemas, un factor determinante de la saucerización (aun que incipiente) fue eliminado (gap a nivel óseo). Los demás factores de riesgo aún se encuentran presentes, lo que demanda atención por parte del profesional.
Los diversos tipos de conexiones cónicas, que vienen ganando cada vez más trozos de mercado, y pueden ser evidenciados clínicamente por presentar algunos beneficios en común. Desde el punto de vista mecánico, el comportamiento y el método de funcionamiento difieren mucho en esa categoría y raros serían los sistemas con legítimo efecto Morse de trabado mecánico. La generalización y masivo nombramiento de “Cono Morse” para toda conexión cónica confunde a los profesionales y posiciona de modo erróneo diferentes sistemas en una misma categoría por solamente un criterio comercial. El nivel de dificultad, la precisión y el rigor fabril para producir una adaptación y autotrabado con verdadero efecto Morse (angulación interna de 3° del cono) son mayores que en sistemas de mayores angulaciones y menor largo del cono. Desde el punto de vista práctico, las conexiones cónicas con efecto Morse son más sencillas de trabajar, poseen ilimitada libertad de posicionar el pilar protésico y facilidad de obtener un autotrabado friccional, reproduciendo más fielmente los conceptos mecánicos de la conexión Cono Morse original.
Conclusiones
- Ni toda conexión cónica posee en verdad un “efecto Morse” de trabado mecánico.
- Se hace necesario un posicionamiento técnico para informarle correctamente al mercado consumidor sobre el verdadero tipo de conexión protésica, al revés de una generalización puramente mercadológica.
- Los sistemas cónicos con “efecto Morse” aparentan ser más sencillos y más amigables protésicamente que los demás sistemas cónicos, y ambos presentan ventajas significativas sobre las conexiones externas e internas hexagonales.
Referencias bibliográficas
1- Mangano C, Mangano F, Piatelli A, Iezzi G, Mangano A, La Colla L. Prospective clinical evaluation of 307 single-tooth morse taper connection implants: a multicenter study. Int J Oral Maxillofac Implants 2010;25(2):394-400.
2- Canullo L, Fedele GR, Iannello G, Jepsen S. Platform switching and marginal bone-level alterations: the results of a randomized-controlled trial. Clin Oral Implants Res. 2010 Jan;21(1):115-21.
3- Tunes FSM, Pegoraro LF, Almeida ALPF, Bonfante EA, Coelho PG, Hirata R, Fardin VP. Prótese sobre implante: implicações clínicas do tipo de retenção e forma de fixação em 50 anos de osseointegração: reflexoes e perspectivas. São Paulo, SP: VM Cultural2015. P 101-111.
4- Zipprich H, Weigl P, Lange B, Lauer HC. Micromovements at the Implant-Abutment Interface: Measurement, Causes, and Consequences. Implantologie 2007;15:31-46.
5- Lazzara RJ, Porter SS. Platform switching: a new concept in implant dentistry for controlling postrestorative crestal bone levels. Int J Periodontics Restorative Dent. 2006 Feb;26(1):9-17. 20(3):254-61